La axiología es una rama de la filosofía que estudia los juicios de valor. En concreto, la axiología se ocupa de evaluar el papel del propio valor del investigador en todas las fases del proceso de investigación.

La axiología se refiere principalmente a los objetivos de la investigación. Esta rama de la filosofía de la investigación trata de aclarar si se intenta explicar o predecir el mundo, o sólo se busca comprenderlo.

En términos sencillos, la axiología se centra en lo que se valora en la investigación. Esto es importante porque los valores afectan a la forma en que se lleva a cabo la investigación y a lo que se valora en los resultados de la misma.

Al tratar el aspecto de la axiología de la filosofía de la investigación en su investigación cualitativa, debe dar a conocer sus valores en el estudio e informar de sus valores y sesgos. De la misma manera debe considerar la naturaleza cargada de valores de la información recogida en el campo.

Definiciones de Paradigma, Ontología, Epistemología, Axiología y Metodología en el contexto de la investigación

Paradigma participativo

Qué es un paradigma

Un paradigma es “un conjunto de creencias básicas (o metafísica) que trata de ultimidades o primeros principios. Representa una visión del mundo que define, para su poseedor, la naturaleza del mundo, el lugar del individuo en él y la gama de relaciones posibles con ese mundo y sus partes. Por ejemplo, las cosmologías y las teologías” (Guba & Lincoln, 1994, p. 105).

Los paradigmas son quizás uno de los términos más controvertidos en la investigación cualitativa. Mientras que algunos autores y metodólogos utilizan el término para denotar un conjunto de métodos o metodologías, otros afirman que el término tiene muchos usos.

Guba y Lincoln hicieron una importante contribución al articular cuatro visiones del mundo diferentes de la investigación -positivista, postpositivista, crítica y constructivista- basadas en sus supuestos ontológicos, epistemológicos y metodológicos. Heron y Reason (1997) defienden una quinta visión del mundo: un paradigma participativo. La investigación basada en la comunidad se sitúa dentro de este paradigma y también adopta la ideología y la metodología de la investigación cooperativa creada por Heron y Reason (1997).

Al respecto, Guba y Lincoln analizan cuatro paradigmas de investigación: positivismo, pospositivismo, teoría crítica y constructivismo. Comienzan con una crítica a la sobrecuantificación y a la visión recibida del conocimiento, señalando cuestiones como la naturaleza de los hechos cargada de teoría y de valores y la relación entre el investigador y el objeto de la investigación.

Evolución al Paradigma Participativo

De esta manera, un paradigma participativo se basa en la creencia de que la realidad es una interacción entre el cosmos dado, una realidad primordial, y la mente. La mente “participa creativamente con [el cosmos] y sólo puede conocerlo en términos de sus construcciones, ya sean afectivas, imaginarias, conceptuales o prácticas” (Heron, 1997 p.10). “La mente y el cosmos dado están comprometidos en una danza creativa, de modo que lo que emerge como realidad es el fruto de una interacción del cosmos dado y la forma en que la mente se compromete con él” (Heron & Reason, 1997 p. 279).

Se ha pasado de un paradigma estandarizado y descendente de las cosas a un paradigma diversificado y ascendente de las personas. Esto implica una transferencia de poder de los “superiores” -personas, instituciones y disciplinas que han sido dominantes- a los “inferiores” -personas, instituciones y disciplinas que han estado subordinadas-. Las numerosas etiquetas y escuelas de enfoques participativos en la investigación y el desarrollo tienden a ocultar los cambios subyacentes en la filosofía y la práctica.

Siempre participamos de lo que describimos, de modo que nuestra realidad es producto de la danza entre nuestra mente individual y colectiva y lo que está ahí, la amorfa entrega primordial del universo. Esta cosmovisión participativa está en el corazón de las metodologías de investigación que hacen hincapié en la participación como estrategia central.

Ontología subjetiva-objetiva

La ontología se refiere a la forma y la naturaleza de la realidad y a lo que puede conocerse sobre ella (Guba y Lincoln, 1994). En contraste con la investigación ortodoxa que utiliza métodos cuantitativos en su pretensión de estar libre de valores (pero que se describe más exactamente como valoración de la objetividad), y muchos enfoques cualitativos que valoran la subjetividad, la investigación basada en la comunidad respalda una postura subjetiva-objetiva.

La ontología ayuda a los investigadores a reconocer hasta qué punto pueden estar seguros de la naturaleza y la existencia de los objetos que investigan. Por ejemplo, ¿qué “afirmaciones de verdad” puede hacer un investigador sobre la realidad? ¿Quién decide la legitimidad de lo que es “real”? ¿Cómo se enfrentan los investigadores a ideas diferentes y conflictivas sobre la realidad?

A modo de ejemplo, la ontología realista se refiere a la existencia de una única realidad que puede estudiarse, comprenderse y experimentarse como una “verdad”; existe un mundo real independiente de la experiencia humana. Por su parte, la ontología relativista se basa en la filosofía de que la realidad se construye dentro de la mente humana, de modo que no existe una realidad “verdadera”. En cambio, la realidad es “relativa” según cómo la experimenten los individuos en un momento y lugar determinados.

Una ontología subjetiva-objetiva significa que hay “debajo de nuestra abstracción literaria, una relación profundamente participativa con las cosas y con la tierra, una reciprocidad sentida” (Abram, 1996, p. 124). Como explican Heron y Reason (1997), este encuentro es transaccional e interactivo. “Tocar, ver u oír algo o a alguien no nos habla de nuestro yo por sí solo ni de un ser de ahí fuera por sí solo. Nos habla de un ser en estado de interrelación y copresencia con nosotros. Nuestra subjetividad siente la participación de lo que está ahí y es iluminada por ello”, (p.279). Por lo tanto, la investigación basada en la comunidad está interesada en investigar los entendimientos y significados de las personas tal y como los experimentan en el mundo.

Epistemología

La epistemología se refiere a la naturaleza de la relación entre el conocedor y lo que se puede conocer. Guba y Lincoln (1994) afirman que la ciencia ortodoxa, debido a su creencia en un mundo “real” que puede ser conocido, requiere que el conocedor adopte una postura de distanciamiento objetivo para descubrir cómo son realmente las cosas. Se presume que el conocedor y lo conocido son entidades separadas e independientes que no se influyen mutuamente. Hay una búsqueda de la verdad; de los hechos en términos objetivos y cuantificables que tiene en alta estima los datos empíricos.

Al examinar la relación entre un sujeto y un objeto podemos explorar la idea de epistemología y cómo influye en el diseño de la investigación. La epistemología objetivista parte de la base de que la realidad existe fuera, o independientemente, de la mente individual. La investigación objetivista es útil para proporcionar fiabilidad (consistencia de los resultados obtenidos) y validez externa (aplicabilidad de los resultados a otros contextos).

La epistemología construccionista rechaza la idea de que la “verdad” objetiva exista y esté a la espera de ser descubierta. En su lugar, la “verdad”, o el significado, surge en y a partir de nuestro compromiso con las realidades de nuestro mundo. Es decir, el “mundo real” no preexiste independientemente de la actividad humana o del lenguaje simbólico.

La epistemología subjetivista se refiere a la idea de que la realidad puede expresarse en una serie de sistemas de símbolos y de lenguaje, y que se moldea para adaptarse a los propósitos de los individuos, de modo que las personas imponen un significado al mundo y lo interpretan de una manera que tiene sentido para ellos. El valor de la investigación subjetivista radica en revelar cómo la experiencia de un individuo configura su percepción del mundo.

Axiología

Además de considerar las tres características definitorias de un paradigma de investigación sugeridas por Guba y Lincoln -ontología, epistemología y metodología-, Heron y Reason sostienen que un paradigma de investigación también debe considerar un cuarto factor: la axiología.

La axiología se ocupa de la naturaleza del valor y capta la cuestión del valor de lo que vale intrínsecamente. La cuarta característica definitoria de un paradigma de investigación, la axiología, pone en cuestión “los valores del ser, sobre qué estados humanos deben ser valorados simplemente por lo que son” (Heron & Reason, 1997, p. 287). El paradigma participativo aborda esta cuestión axiológica en términos de florecimiento humano.

El florecimiento humano se ve como un “proceso de participación social en el que hay un equilibrio mutuamente habilitante, dentro y entre las personas, de autonomía, cooperación y jerarquía. Se concibe como interdependiente con el florecimiento del ecosistema del planeta” (Heron, 1996, p. 11). El florecimiento humano se valora como una toma de decisiones intrínsecamente valiosa y participativa, y se considera un medio para alcanzar un fin que permite a las personas participar en la toma de decisiones, en todos los contextos sociales, que afectan a su florecimiento de alguna manera.

Metodología

Una metodología es un sistema de principios y formas generales de organizar y estructurar la actividad teórica y práctica, y también la teoría de este sistema. Genéticamente, los métodos se remontan a un pasado lejano, cuando nuestros lejanos antepasados adquirían, generalizaban y transmitían a las nuevas generaciones sus habilidades y medios para influir en la naturaleza, las formas de organizar el trabajo y la comunicación. Cuando surgió la filosofía, la metodología se convirtió en un objetivo especial de la cognición y podía definirse como un sistema de reglas y normas socialmente aprobadas de la actividad intelectual y práctica.

Estas reglas y normas debían ajustarse a la lógica objetiva de los acontecimientos, a las propiedades y leyes de los fenómenos. Los problemas de acumulación y transmisión de la experiencia exigían una cierta formalización de los principios y preceptos, las técnicas y las operaciones propias de la actividad.

Es importante ordenar la relación entre la metodología filosófica y la compleja jerarquía de formas y técnicas científicas generales y específicas de la actividad en la producción material e intelectual organizada en varios niveles. En el nivel filosófico, la metodología funciona en realidad no en forma de un sistema rígido de normas, “prescripciones” y técnicas -una interpretación así conduciría inevitablemente al dogmatismo- sino como un sistema general de supuestos y directrices de la actividad humana, siendo la visión del mundo la más vital de ellas.

El materialismo dialéctico e histórico es un sistema general de este tipo. La visión del mundo proporciona el supuesto y la base de la metodología. La filosofía no puede, por ejemplo, dar a la física métodos específicos para estudiar la mecánica cuántica. Pero se ocupa del enfoque general para el descubrimiento de la verdad en la física. No se ocupa de la “táctica” del proceso de investigación, sino de la estrategia en la batalla por la verdad.

¿Cómo se sitúa la axiología dentro de otros elementos del paradigma de investigación?

Para poder entender los diferentes significados de cada uno de estos encantadores términos, necesitamos una perspectiva histórica.

Hemos podido encontrar referencias a cuatro grandes eras de la comprensión humana de la realidad y de la generación de conocimiento. Las llamaremos eras del realismo.

Platón y Aristóteles (Sanzio) la primera era del realismo se llama período del idealismo.

Esta era existió en la época de Sócrates. Según el idealismo, la realidad o la ontología es espiritual, la epistemología consiste en repensar las ideas probadas y verdaderas, y la axiología en lo absoluto y lo eterno. Sócrates creía que el hombre es un ser temporal.

La segunda época del realismo fue popularizada por Aristóteles.

Aquí la realidad es objetiva y medible y no espiritual, la epistemología es a través del uso de los sentidos, mientras que la axiología se basa en las leyes de la naturaleza y por lo tanto podría ser adquirida. Las enseñanzas aristotélicas del realismo se denominan esencialismo.

La tercera era fue la primera de las dos eras radicales: el pragmatismo.

Los pragmáticos eran muy estrictos con lo que aceptaban y rechazaban. Todos los factores de la ontología, la epistemología y la axiología que debían incluirse en su obra (o incluso considerarse) tenían que ser útiles; de lo contrario, eran descartados instantáneamente. Una filosofía derivada de la postura del pragmatismo fue el progresismo. El progresismo fue propuesto por nuestro muy querido héroe John Dewey. Dewey instruyó a las escuelas públicas para que enseñaran sólo lo que fuera de interés para los estudiantes. Todo lo que no se consideraba útil se desechaba.

Finalmente, la cuarta era y la segunda era radical es el Existencialismo, que nació después de la Segunda Guerra Mundial.

Según el Existencialismo, la realidad es subjetiva (¡muy atrevido, por cierto!), la epistemología es sólo una búsqueda personal o cargada de elección y la axiología era la expresión de la libertad.

Así que, en resumen, la ontología, la epistemología y la axiología solían significar cosas diferentes en distintas épocas de la historia según la forma en que la gente percibía generalmente el mundo y consideraba que se creaba el conocimiento.

Preocupaciones Axiológicas

Las preocupaciones axiológicas impregnan la investigación. Dos ejemplos generales son:

Qué hace que un investigador sea bueno (por ejemplo, imparcial, curioso, atento, diligente, etc.); y,

Qué es una ciencia que merece la pena (por ejemplo, correlacional, causal, centrada en el problema, centrada en la hipótesis, experimental, aplicada, privada, pública, etc.).

Un ejemplo concreto es el de la formación de preguntas de investigación, tal y como se crean y promulgan a partir de compromisos personales, científicos y de otro tipo; por ejemplo, qué se valora como pregunta de investigación y resultado.

Además, estas cuestiones son multidimensionales, por ejemplo;

¿En qué contexto se sitúa la investigación (influencias paradigmáticas)?

¿Cuáles son los valores filosóficos elegidos y por qué (orientación de la investigación)?

¿Por qué se elige una investigación específica (enfoque de la investigación)? y,

¿Qué afirmaciones se hacen (y sugerencias a los profesionales)?” (Biedenbach y Jacobsson 2016)

La axiología, pues, forma parte de la utilidad general de la filosofía para pensar en la investigación interdisciplinar.

Reunir la ontología, la epistemología y la axiología: compromisos filosóficos normativos

Patterson y Williams (1998) utilizan las ideas de la filosofía de la ciencia para presentar un modelo de ciencia que, en su momento, hizo avanzar el debate sobre la ciencia social dentro de la gestión de los recursos naturales. Aquí sólo se analiza una parte de su modelo.

Defienden que la ciencia tiene, en parte, una estructura normativa. Así pues, la realización de “X” tipo de investigación científica está respaldada por “Y” conjunto de compromisos filosóficos normativos.

Estos compromisos filosóficos incluyen teorías sobre:

La naturaleza de la realidad y de lo que realmente existe (ontología)

La relación entre el conocedor y lo que se conoce (epistemología)

Lo que valoramos (axiología)

La estrategia y las justificaciones en la construcción de un tipo específico de conocimiento (metodología), en relación con las técnicas individuales (método/s).

En su conjunto, el conjunto de compromisos filosóficos forma una estructura metateórica que puede ayudar a comprender mejor la investigación como un fenómeno en sí mismo.

Complejidad en la Investigación Científica

Otra capa de complejidad es que “X” tipo de investigación científica puede implicar múltiples compromisos filosóficos normativos, especialmente cuando está estructurada por una comunidad particular de investigadores que dicen que su colección de compromisos y prácticas filosóficas constituye una ciencia.

Así, algunas comunidades de investigadores vigilan rigurosamente su ciencia controlando dogmáticamente la investigación. Esto lo hacen con un conjunto de compromisos normativos muy bien definidos y normalmente implícitos y, por tanto, opacos. En cambio, ciertas comunidades de investigadores toleran conjuntos de compromisos filosóficos normativos diversos, desordenados o explícitamente declarados (¡hola interdisciplinarios!).

No obstante, hay que tener en cuenta que los compromisos normativos se aplican con un alto grado de generalidad, esencialmente a nivel de visión del mundo (por ejemplo, racionalista; relativista) y de paradigma o tradición de investigación (por ejemplo, interpretativismo, positivismo/empirismo, investigación crítica).

Diversidad de los Fenómenos Implicados

Aunque los compromisos normativos son parte integrante de la investigación, en el nivel inferior de los programas de investigación individuales (p. ej., teorías, metodologías y métodos específicos con los que los investigadores llevan a cabo proyectos de investigación individuales en el “mundo real”), la diversidad de los fenómenos implicados hace que la aplicación de los compromisos normativos tal y como se describe aquí sea problemática; hay un número demasiado grande de atributos adicionales que podrían compararse.

Por tanto, la parte difícil de aplicar esta heurística es extraer y explicitar los compromisos normativos que operan en grados superiores de generalidad. A pesar de lo dicho anteriormente, esto puede incluir tener en cuenta la forma en que las teorías, metodologías y métodos disciplinarios se unen para formar las partes más obvias del trabajo de investigación y que pueden inferir qué compromisos normativos se encuentran detrás de estas diversas elecciones.

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Referencias Bibliográficas

Guba, E. G., & Lincoln, Y. S. (1994). Competing paradigms in qualitative research. In N. K. Denzin & Y. S. Lincoln (Eds.),
Handbook of qualitative research (pp.105-117). Thousand Oaks, CA: Sage.

Heron, J., & Reason, P. (1997). A participatory inquiry paradigm. Qualitative Inquiry, 3, 274-294.

Abram, B. (1996): “Re-vision. The Centrality of Time for an Ecological Social Science Perspective”. En Lash, S., Szerszynski, B. y Wynne, B. (eds.). Risk, Environment, and Modernity. Londres, Sage, pp. 84-103.

Heron, J. ( 1996).Cooperative inquiry: Research into the human condition. Thousand Oaks, CA: Sage

Patterson, M. and Williams, D. (1998). Paradigms and problems: The practice of social science in natural resource management. Society and Natural Resources11, 3: 279-295.

Axiología en la Investigación

Axiología en la Investigación. Foto: Unsplash. Créditos: Windows @windows

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