La antítesis, que literalmente significa “opuesto”, es un recurso retórico en el que se juntan dos ideas opuestas en una frase para conseguir un efecto de contraste.

Como recurso retórico, la antítesis empareja ideas exactamente opuestas o contrastadas en una estructura gramatical paralela. Consideremos la famosa frase de William Shakespeare en Hamlet: “Da a todos tu oído, pero a pocos tu voz”. Se trata de un gran ejemplo de antítesis porque empareja dos ideas opuestas -escuchar y hablar- en la misma estructura paralela.

El efecto de la antítesis puede ser poderoso. Cuando se utiliza correctamente, la antítesis resalta la diferencia entre ideas opuestas al colocarlas una al lado de la otra en la misma estructura. Cuando se utiliza en el contexto de un argumento, la forma en que se colocan estas ideas una al lado de la otra puede hacer evidente cuál es la mejor.

La antítesis es también un gran recurso literario para crear ritmo. La antítesis suele utilizar el paralelismo: establece una estructura repetitiva que hace que la escritura suene musical. Piensa en el famoso comienzo de Historia de dos ciudades de Charles Dickens: “Era el mejor de los tiempos, era el peor de los tiempos”.

Explicación práctica

La antítesis enfatiza la idea de contraste mediante estructuras paralelas de las frases o cláusulas contrastadas. Las estructuras de las frases y cláusulas son similares, para llamar la atención de los oyentes o lectores. Por ejemplo:

“Poner un pie en la luna puede ser un pequeño paso para un hombre, pero un paso de gigante para la humanidad”.

El uso de ideas contrastadas, “un pequeño paso” y “un paso de gigante”, en la frase anterior enfatiza la importancia de uno de los mayores hitos de la historia de la humanidad.

La función de la antítesis

Principalmente, los escritores emplean la antítesis para argumentar. Como recurso literario o retórico, un escritor intenta comunicar un punto particular que se expresa mejor a través de opuestos. Estos opuestos extremos enfatizan ese punto.

Una antítesis destaca en la escritura. Al utilizar una estructura paralela, la antítesis destaca físicamente cuando se intercala con otras estructuras sintácticas. Además, una antítesis presenta ideas contrastadas que hacen que el lector o el público se detenga y considere el significado y el propósito.

A menudo, el significado de una antítesis no está claro. Es decir, el lector o el público deben evaluar el enunciado para descubrir su significado.

Los escritores utilizan las antítesis con mucha moderación. Dado que su propósito es hacer que el público se detenga y considere el argumento, debe utilizarse con propósito e intención.

Un recurso literario, como la antítesis, utiliza las palabras para transmitir ideas de forma diferente a las palabras y expresiones comunes de la vida cotidiana. De este modo, transmite el significado de forma más vívida que el discurso ordinario. Cuando se juntan ideas opuestas, la idea se expresa con más énfasis.

Como recurso literario, la antítesis hace contrastes para examinar los pros y los contras de un tema en discusión, y ayuda a emitir un juicio sobre ese tema en particular.

3 consejos para usar la antítesis en tus escritos

La antítesis es una forma estupenda de añadir contraste a tu escrito. Para utilizar la antítesis con el máximo efecto, sigue estos consejos:

Concéntrese en el contraste

Piense en lugares de su escrito que se beneficiarían de la comparación de dos ideas contrastadas. ¿Hay algún personaje que se enfrente a dos emociones opuestas? ¿Hay un escenario que encarna atributos opuestos? Los dos conceptos no tienen por qué ser exactamente opuestos, como la luz y la oscuridad, sino que deben ser diferentes y distintos, como, por ejemplo, la emoción y la frustración.

Léelo en voz alta

Cuando trabajes con una estructura paralela, querrás que el ritmo de cada pieza sea lo más parecido posible. Si te quedas atascado, intenta leer la línea en voz alta y escuchar dónde no coinciden las sílabas. La estructura paralela de la antítesis no tiene por qué ser exacta, pero cuanto más se acerquen las dos en estructura, más rítmica sonará la antítesis.

Utilízala con moderación

Al igual que la mayoría de los recursos retóricos, la antítesis es mejor utilizarla en ráfagas cortas: si se abusa de ella, el impacto se vuelve aburrido y se corre el riesgo de que el escrito suene trillado o forzado.

Antítesis vs. ironía vs. yuxtaposición

A menudo, la antítesis se confunde con la ironía cuando se utiliza en el discurso. Aunque ambas se utilizan para transmitir contrastes de ideas, tienen una distinción: la antítesis se estructura pensando en el paralelismo, mientras que la ironía implica contradicciones entre la apariencia y la realidad a través del tono o la elección de las palabras. Véanse los ejemplos siguientes:

Antítesis: La templanza conduce a la felicidad; la intemperancia termina, en general, en la miseria.

Ironía: Te encontraste en una zona de no fumadores en tu descanso para fumar.

La yuxtaposición, por su parte, se utiliza también para destacar las diferencias entre dos cosas, pero esas dos cosas no tienen por qué ser totalmente opuestas. Este recurso retórico compara cosas similares para que el público detecte las sutiles diferencias. La yuxtaposición tampoco requiere un paralelismo de oraciones ni una estructura gramatical equilibrada. Un ejemplo popular de este recurso literario es la expresión “Cuando llueve, diluvia”, que significa que cuando una cosa va bien, muchas cosas irán bien; también, cuando una cosa va mal, todo va mal.

Antítesis y antónimos

Antítesis es la forma gramatical. El antónimo se ocupa de contrastar pensamientos o pruebas en un argumento; la antítesis se ocupa de contrastar palabras o ideas dentro de una frase, oración o párrafo.

La antítesis como figura retórica aprovecha la existencia de muchos opuestos “naturales” en los vocabularios de todas las lenguas. Los niños pequeños que rellenan los cuadernos de trabajo y los adolescentes que estudian para la sección de antónimos del examen de selectividad aprenden a emparejar las palabras con sus opuestos y así absorben mucho vocabulario como pares de términos opuestos, conectando arriba con abajo y amargo con dulce, pusilánime con valiente y efímero con eterno.

Llamar a estos antónimos “naturales” significa simplemente que los pares de palabras pueden tener una amplia vigencia como opuestos entre los usuarios de una lengua fuera de cualquier contexto de uso particular. Las pruebas de asociación de palabras demuestran ampliamente la vinculación constante de los opuestos en la memoria verbal cuando los sujetos a los que se les da uno de los pares de antónimos responden más a menudo con el otro, “caliente” provoca “frío” o “largo” recupera “corto”. Una antítesis como figura retórica a nivel de frase se basa en estos poderosos pares naturales, el uso de uno en la primera mitad de la figura crea la expectativa de su pareja verbal en la segunda mitad.

Ejemplos comunes de antítesis

Algunos enunciados antitéticos famosos se han convertido en parte de nuestro discurso cotidiano y se utilizan con frecuencia en argumentos y discusiones. A continuación se ofrece una lista de algunos enunciados antitéticos comunes:

A cada uno su oído, pero a pocos su voz.

El hombre propone, Dios dispone.

El amor es una cosa ideal, el matrimonio una cosa real.

La palabra es plata, pero el silencio es oro.

La paciencia es amarga, pero tiene un fruto dulce.

El dinero es la raíz de todo mal; la pobreza es el fruto de toda bondad.

Eres fácil para los ojos, pero duro para el corazón.

Ejemplos de antítesis en la literatura

En la literatura, los escritores emplean la antítesis no sólo en las frases, sino también en los personajes y los acontecimientos. Por ello, su uso es amplio. A continuación se presentan algunos ejemplos de antítesis en la literatura:

Ejemplo 1: Historia de dos ciudades (de Charles Dickens)

Las primeras líneas de la novela “Historia de dos ciudades” de Charles Dickens ofrecen un ejemplo de antítesis inolvidable:

“Era el mejor de los tiempos, era el peor de los tiempos, era la edad de la sabiduría, era la edad de la necedad, era la época de la creencia, era la época de la incredulidad, era la estación de la Luz, era la estación de la Oscuridad, era la primavera de la esperanza, era el invierno de la desesperación, lo teníamos todo ante nosotros, no teníamos nada ante nosotros, todos íbamos directos al Cielo, todos íbamos directos al otro lado”.

Las ideas contrapuestas, situadas en estructuras paralelas, ponen de manifiesto el conflicto que existía en la época tratada en la novela.

Ejemplo nº 2: Julio César (de William Shakespeare)

En Julio César, de William Shakespeare, observamos la antítesis en los personajes de Marco Antonio y Marco Bruto. Bruto es retratado como el “más noble de los romanos”, cercano al César, y una persona que amaba a Roma y al César. Antonio, por el contrario, se muestra como un hombre con las malas intenciones de hacerse cargo de Roma. Estos personajes antitéticos ponen de manifiesto el conflicto de la obra.

Ejemplo 3: Un ensayo sobre la crítica (de Alexander Pope)

Alexander Pope, en su An Essay on Criticism, dice:

“Errar es humano; perdonar, divino”.

La falibilidad es un rasgo de los humanos, y Dios -el Creador- es muy indulgente. A través de estas ideas antitéticas, Pope revela la naturaleza básica del ser humano. Quiere decir que Dios perdona porque su creación se equivoca.

Ejemplo nº 4: Comunidad (de John Donne)

Encontramos la antítesis en el poema de John Donne, la comunidad:

“Debemos amar el bien y odiar el mal,

Porque lo malo es malo, y lo bueno sigue siendo bueno;

Pero hay cosas indiferentes

Que no podemos odiar, ni amar,

Sino una, y luego otra probar,

Según nos parezca que se inclina nuestra fantasía”.

En las líneas anteriores se combinan dos palabras contrastantes: “amor” y “odio”. Destaca que amamos lo bueno porque siempre es bueno, y odiamos lo malo porque siempre es malo. Es una cuestión de elección amar u odiar cosas que no son ni buenas ni malas.

Ejemplo #5: El Paraíso Perdido (de John Milton)

John Milton, en El Paraíso Perdido, dice:

“Es mejor reinar en el infierno que servir en el cielo”.

Las ideas contrastantes de reinar/servir, e Infierno/Heav’n se colocan en esta frase para lograr un efecto antitético.

La antítesis en el cine

– “Dado que… la calidad de una escena o imagen se muestra más vívidamente cuando se pone al lado de su opuesto, no es sorprendente encontrar antítesis en el cine… Hay un corte en Barry Lyndon (Stanley Kubrick) que va de los destellos amarillos de una casa en llamas a un patio todavía gris, bordeado de soldados, y otro que va de las velas amarillas y los marrones cálidos de una sala de juego a los grises fríos de una terraza a la luz de la luna y la Condesa de Lyndon de blanco”.

(N. Roy Clifton, The Figure in Film. Associated University Presses, 1983)

“Es evidente que en todo símil están presentes tanto las diferencias como las semejanzas, y ambas forman parte de su efecto. Al ignorar las diferencias, encontramos un símil y tal vez encontremos una antítesis en el mismo hecho, al ignorar la semejanza. . . .

– “En The Lady Eve (Preston Sturges), un pasajero sube a un transatlántico en una lancha. Esto fue transmitido por el silbido de los dos buques. Vemos un chorro convulso de agua y oímos un resoplido desesperado y sin sonido antes de que la sirena del ténder encontrara su voz. Había un asombro tartamudo, una incoordinación ebria en estos elaborados preliminares, frustrados por el altivo e imperturbable estallido de vapor sonoro del transatlántico. Aquí se contraponen inesperadamente cosas que se parecen, en el lugar, en el sonido y en la función. El comentario radica en las diferencias y cobra fuerza por la semejanza”.

(N. Roy Clifton, The Figure in Film. Associated University Presses, 1983)

Observaciones antitéticas de Oscar Wilde

– “Cuando somos felices, siempre somos buenos, pero cuando somos buenos, no siempre somos felices”.

(El retrato de Dorian Gray, 1891)

– “Enseñamos a la gente a recordar, nunca les enseñamos a crecer”.

(“El crítico como artista”, 1991)

– “Allí donde hay un hombre que ejerce la autoridad, hay un hombre que se resiste a ella”.

(El alma del hombre bajo el socialismo, 1891)

– “La sociedad suele perdonar al criminal; nunca perdona al soñador” (“El crítico como artista”, 1991)

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Referencias Bibliográficas

Paisley, W. (1968). Information needs and uses. Annual Review of Information Science and Technology, 3, pp. 1-30.

Rohde, N. F. (1986). Information needs. Advances in Librarianship, 14, pp. 49-73.

Line, M.B. (1981). ‘The structure of social science literature as shown by a large-scale citation analysis’. In Social science information studies, 1(2), pp. 67-87

Antítesis

Antítesis. Foto: Unsplash. Créditos: Mapbox @mapbox

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