La ciencia y la tecnología representan una categoría sucesivamente mayor de actividades que son muy interdependientes pero distintas. La ciencia contribuye a la tecnología de al menos seis maneras:

(1) Nuevos conocimientos que sirven como fuente directa de ideas para nuevas posibilidades tecnológicas;

(2) Fuente de herramientas y técnicas para un diseño de ingeniería más eficiente y una base de conocimientos para la evaluación de la viabilidad de los diseños;

(3) Instrumentación de la investigación, técnicas de laboratorio y métodos analíticos utilizados en la investigación que acaban encontrando su camino hacia el diseño o las prácticas industriales, a menudo a través de disciplinas intermedias;

(4) La práctica de la investigación como fuente de desarrollo y asimilación de nuevas habilidades y capacidades humanas eventualmente útiles para la tecnología;

(5) La creación de una base de conocimientos que adquiere cada vez más importancia en la evaluación de la tecnología en términos de sus impactos sociales y medioambientales más amplios; (6) la base de conocimientos que permite estrategias más eficientes de investigación aplicada, desarrollo y perfeccionamiento de nuevas tecnologías.

El impacto inverso de la tecnología en la ciencia es al menos igual de importante: (1) al proporcionar una fuente fértil de nuevas preguntas científicas y, por tanto, ayudar a justificar la asignación de recursos necesarios para abordar estas preguntas de manera eficiente y oportuna, ampliando la agenda de la ciencia; (2) como fuente de instrumentos y técnicas que de otro modo no estarían disponibles y que se necesitan para abordar cuestiones científicas nuevas y más difíciles de manera más eficiente.

La ciencia: un breve resumen

El objetivo primordial de la ciencia es explicar el mundo natural mediante prácticas intelectuales e investigativas iterativas que implican observaciones y manipulaciones controladas de ese mundo. En este sentido, la ciencia puede argumentarse hoy en día con mayor comodidad en términos de una postura «realista crítica». Esto refleja una visión de que las «cosas» existen en el mundo y «son como son» (López y Potter, 2001). Como tal, el papel de los científicos es interrogar a las «cosas reales» del mundo natural para construir explicaciones sobre ellas. De acuerdo con la visión de la ciencia como actividad humana, los textos explicativos resultantes están integrados en el mundo sociocultural y, como tales, serán representaciones mediadas por el ser humano de las «cosas reales».

Por tanto, el conocimiento científico es el que tiene como referente las «cosas reales». Para que un nuevo conocimiento sea validado en el ámbito de la ciencia, debe atenerse a un razonamiento lógico y ser internamente coherente dentro del paradigma dominante. Por otra parte, debe suponer un desafío fundamentado al paradigma, sin dejar de operar dentro de los niveles de tolerancia del dominio más amplio. Debe soportar la revisión por pares para poder ser representada como una «verdad».

La verdad, por tanto, no se considera un absoluto dentro de la ciencia. Las «verdades» científicas son, en consonancia con la teoría pragmática, aquellos conocimientos que obtienen el consenso de los expertos del sector. A diferencia de las opiniones tradicionales sobre la existencia de un método científico, las opiniones contemporáneas sobre las metodologías científicas incluyen la comprensión de su diversidad y flexibilidad para cumplir con la tarea en cuestión. Por lo tanto, los métodos de investigación empleados entre los distintos subconjuntos de la ciencia, y a menudo dentro de ellos, pueden diferir notablemente.

La tecnología – una breve visión general

El propósito de la tecnología es intervenir en el mundo para producir algo «distinto» a lo que existe actualmente. Lo consigue mediante prácticas intelectuales y de diseño iterativas que implican múltiples fuentes de información. Estas fuentes de entrada incluyen una mezcla de lo definido como natural, material, simulado, conceptual, emocional e imaginado. Los tecnólogos también recurren al pasado, al presente y a una serie de futuros posibles y probables.

La postura que se ha defendido como la que mejor apoya la comprensión del ámbito de la tecnología es la de una «ontología del proceso». Esta postura desafía la noción realista crítica de que las «cosas» existen como tales, y en su lugar sostiene que lo que existe son los «procesos», y que es nuestra interacción en el proceso lo que permite categorizar, y por tanto objetivar, las «cosas como tales» (Neuman, 2003). Por tanto, desde este punto de vista tecnológico, somos tanto creadores del mundo material de la tecnología de forma clara y tangible, como creadores simbólicos del mundo «natural». El conocimiento tecnológico no trata de reivindicar la «verdad» del mismo modo que el conocimiento científico. En cambio, tiene como referente el proceso de la función.

Por tanto, lo que valida el conocimiento tecnológico es el «éxito», no la «verdad». Sin embargo, al igual que la ciencia, el «éxito» del conocimiento tecnológico lo determinan en la práctica tecnológica los expertos del ámbito tecnológico. Las prácticas tecnológicas son específicas de cada situación y, por lo tanto, son tan diversas y variadas como los contextos y las personas que participan en ellas.

¿Cómo se relacionan?

Los conocimientos científicos y las metodologías constituyen una fuente importante de información para el desarrollo de las prácticas y los resultados tecnológicos. También son herramientas clave para explicar por qué las intervenciones tecnológicas tuvieron o no tuvieron éxito. En resumen, la ciencia puede proporcionar poderosas explicaciones sobre el por qué y el por qué no de las intervenciones tecnológicas. Sin embargo, como estas intervenciones se basan en algo más que la comprensión del mundo «natural», sólo pueden proporcionar una justificación parcial de las prácticas y los resultados tecnológicos.

Las prácticas, los conocimientos y los resultados tecnológicos pueden proporcionar mecanismos para que la ciencia obtenga una mejor visión de su mundo definido y, de hecho, pueden proporcionar serios desafíos a la definición de ese mundo. Por ejemplo, el desarrollo de los artefactos tecnológicos que amplían la capacidad de observación de los seres humanos (como el telescopio y el microscopio), hizo «visibles» y disponibles «nuevos mundos» para que la ciencia los interrogara y explicara.

Cómo contribuye la ciencia a la tecnología

La ciencia contribuye a la tecnología en general de seis maneras:

Nuevos conocimientos que sirven de fuente directa de ideas para nuevas innovaciones tecnológicas.

Fuente de herramientas y técnicas para diseños de ingeniería más eficientes y una base de conocimientos para la evaluación de la viabilidad de diferentes diseños nuevos.

La instrumentación de investigación y las técnicas de laboratorio utilizadas en la investigación acaban llegando al diseño o a las prácticas industriales, a través de diferentes métodos en distintos ámbitos.

La práctica de la investigación como fuente para el desarrollo y la asimilación de nuevas habilidades y capacidades humanas útiles para diferentes tecnologías innovadoras.

La creación de un conocimiento que se vuelve cada vez más importante en la evaluación de la tecnología en términos de sus impactos sociales y ambientales más amplios.

Desarrollar conocimientos que permitan estrategias más eficaces de investigación aplicada, desarrollo y perfeccionamiento de nuevas tecnologías.

El impacto conferido por la tecnología a la ciencia es igualmente importante como fuente de instrumentos y técnicas no disponibles, necesarios para abordar cuestiones científicas difíciles con mayor eficacia.

Tecnología y sociedad

En cierto modo, la influencia que la tecnología ha tenido en la sociedad es evidente. También es muy profunda. Basta con considerar la posibilidad de hacer esta pregunta a la comunidad de Quora, y nuestra capacidad de respuesta. No existiría sin la tecnología. Las redes sociales, Internet en su conjunto, la tecnología blockchain, etc., han tenido una influencia significativa en la sociedad.

Por supuesto, tampoco se pueden ignorar las revoluciones tecnológicas anteriores, como la revolución industrial y la revolución agrícola. La capacidad de crear materiales que utilizamos en nuestra vida cotidiana, la capacidad de alimentar a una cantidad masiva de personas, etc., son todas gracias al desarrollo de innovaciones tecnológicas.

Por supuesto, aunque la tecnología ha sido una gran ayuda para la prosperidad, también ha tenido algunos impactos negativos. Ha producido bastante contaminación, aunque es de esperar que la tecnología y la ciencia solucionen este problema. Probablemente el peor uso de la tecnología -y de la ciencia que informa su desarrollo- han sido las armas de destrucción masiva.

En la dirección opuesta, la sociedad impulsa la tecnología y a veces prohíbe su desarrollo. Hace poco terminé un artículo sobre la ética de la escritura de ficción, en el que abordaba la importancia que la ficción ha tenido para inspirar nuevas tecnologías y advertir de las amenazas que podríamos afrontar en el futuro[1]. La sociedad también impulsa la evolución tecnológica a través de la necesidad. Muy a menudo una tecnología surge porque alguien reconoce una necesidad de esa tecnología.

Ciencia y sociedad

Al igual que la tecnología suele desarrollarse porque existe una necesidad, la ciencia ayuda a resolver las necesidades de la sociedad. Aunque uno de los principales objetivos de la ciencia es simplemente mejorar nuestra comprensión, muchas personas aprovechan la ciencia para ayudar a resolver problemas reales de la sociedad.

La necesidad de comprender mejor las epidemias, por ejemplo, impulsa nuestra investigación sobre el tema. La ciencia también mejora nuestra comprensión de la sociedad. La antropología, la sociología, la economía, la ciencia política, etc., nos ayudan a comprender mejor el funcionamiento de la sociedad. Además, al igual que ocurre con la tecnología, la sociedad puede influir en nuestras teorías y en su evolución. El deseo de viajar a través del tiempo o más rápido que la velocidad de la luz es más que suficiente para impulsar el desarrollo de teorías que, de ser correctas, permitirían tales cosas.

Por último, como la ciencia altera nuestra comprensión del mundo, ha tenido un impacto significativo en nuestros sistemas de creencias, nuestras normas y nuestros valores, así como en nuestros comportamientos cotidianos. La teoría de los gérmenes, por ejemplo, ha cambiado nuestros hábitos sanitarios y nuestra higiene, así como nuestros protocolos de seguridad alimentaria. Lavarse las manos es un hábito esencial que tenemos principalmente gracias a nuestra comprensión de cómo se propagan los patógenos. Y es sólo una de las muchas formas en que la teoría y las pruebas científicas han cambiado nuestro comportamiento.

Una trifecta

La comprensión científica de cómo funciona el mundo altera cómo nos comportamos. La tecnología altera cómo podemos comportarnos. La sociedad impulsa las innovaciones tecnológicas y la investigación científica. La ciencia nos da una idea de qué tipo de tecnologías podríamos crear y cómo crearlas, mientras que la tecnología nos permite realizar más investigaciones científicas.

Los tres ámbitos están tan íntimamente conectados que a veces es difícil separarlos. Pero es importante entender cómo se relacionan los tres, porque cada uno de ellos impulsa el futuro de los demás.

El impacto inverso de la tecnología en la ciencia tiene al menos la misma importancia:

(1) Al proporcionar una fuente fértil de preguntas científicas novedosas y, por tanto, ayudar también a justificar la asignación de los recursos necesarios para abordar estas preguntas de manera eficiente y oportuna, ampliando la agenda de la ciencia;

(2) Como fuente de instrumentos y técnicas que, de otro modo, no estarían disponibles y que son necesarios para abordar cuestiones científicas nuevas y más difíciles de manera más eficiente.

Se comentan ejemplos concretos de cada una de estas interacciones bidireccionales. Debido a las numerosas conexiones, tanto indirectas como directas, entre la ciencia y la tecnología, la cartera de investigación con potencial de beneficio social es mucho más amplia y diversa de lo que sugeriría el examen de las conexiones directas entre la ciencia y la tecnología.

La ciencia y la tecnología son lo mejor que la sociedad puede pedir. Desde la revolución industrial del siglo XVIII la ciencia ha estado en progreso. Algunos sectores que se han visto impulsados por la ciencia y la tecnología son la energía, las ciencias físicas, la información y la comunicación. La sociedad ha ganado mucho con la invención de la tecnología.

El Crecimiento de la Sociedad

Las infraestructuras de la sociedad han crecido con la ayuda de la ciencia y la tecnología. Se han creado medios de transporte, como las líneas ferroviarias electrónicas, que han beneficiado a la sociedad ofreciéndole un mejor medio de transporte. En el pasado, casi todo era analógico, pero gracias a la ciencia y la tecnología nos estamos digitalizando día a día. La invención del teléfono y los servicios de radio han ampliado la comunicación humana.

Sin la sociedad no habría ciencia y tecnología y por eso la invención de ciertas herramientas y equipos han ayudado a conseguir grandes cosas. La sociedad no puede prescindir de las industrias que tenemos hoy en día. La sociedad necesita la ciencia y la tecnología. La creación de los ordenadores es una obra de arte por parte de los individuos fue un hito que ayudaría mucho a la sociedad. Un ordenador nos ayuda a aprovechar la información valiosa que podemos utilizar para enriquecer nuestras vidas. El impacto de la ciencia y la tecnología puede reconocerse seriamente. Muchas personas de todo el mundo, por ejemplo los académicos de las universidades, han tomado la iniciativa de examinar la relación entre la ciencia y la tecnología.

La evaluación de esta relación ha surgido como un área importante de investigación. Los grupos de interés público y las organizaciones académicas de todo el mundo están reconociendo la importancia del CTS. La razón es que es necesario reconocer que hay personas que se ven afectadas por la ciencia y la tecnología. Controversias como la de los alimentos modificados o la investigación con células madre son los temas que han reunido a los responsables políticos y a los científicos para que se busque una forma de avanzar en este sentido.

La Visión del Hombre sobre Sí Mismo

En realidad, la ciencia y la tecnología han contribuido en gran medida a la visión del hombre sobre sí mismo. La ciencia ha modificado la opinión sobre el origen del hombre y el lugar de origen también. A través de los resultados de los descubrimientos científicos se ha modificado diversamente la percepción del hombre sobre su comportamiento y su lugar de origen. Los experimentos científicos de hoy en día afectan de una manera u otra a la sociedad, como por ejemplo el experimento de clonación de un ser humano. El experimento suscitó una gran controversia, ya que la sociedad se mostró escéptica al respecto.

El mundo en desarrollo tiene una larga tradición de investigación-acción participativa, educación popular y organización comunitaria que se unen para resolver algunos problemas de ciencia y tecnología que afectan a la sociedad. La relación de la ciencia y la tecnología con la sociedad es algo que exige incluso la intervención del gobierno. Los temas relacionados con la ciencia y la tecnología se debaten actualmente en todo el mundo. Los avances en este campo han dado lugar a la capacidad de producir diversos tipos de artículos materiales. Responder a la pregunta de cómo se relacionan la ciencia y la tecnología con la sociedad.

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Referencias Bibliográficas

Lopez, J. and Potter, G.  (Eds.) (2001). After Postmodernism: An introduction to critical realism. London: The Athlone Press.

Neuman, Y. (2003). Processes and Boundaries of the Mind: Extending the limit line. New York: Kluwer Academic/Plenum Publishers.

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Ciencia y Tecnología

Ciencia y Tecnología. Foto: Unsplash. Créditos: Christina @wocintechchat

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