En sentido amplio, la entrevista es el proceso mediante el cual los individuos (generalmente dos) intercambian información. Puedes entrevistar personas para recolectar datos para tu tesis, una asignación especial o para desarrollar un proyecto. Sin embargo, la información intercambiada no tiene por qué limitarse a hechos. El producto de una entrevista así como el significado y la comprensión de los hechos, a menudo son más significativos que las declaraciones de hechos objetivos. Además, el buen entrevistador hace un esfuerzo consciente para aprovechar al máximo el proceso de la entrevista.

Los siguientes son varios consejos que puedes implementar para mejorar tus habilidades de entrevistador:

Planificación

Con demasiada frecuencia, el entrevistador inexperto se lanza a una discusión sólo para descubrir a mitad de camino que su preparación es incompleta. Una cantidad moderada de planificación previa puede evitar fácilmente estos desafortunados sucesos.

Cuando el objetivo de la entrevista es bien conocido de antemano, por lo general es una buena práctica dar a la persona interesada suficiente tiempo para prepararse para la charla antes de la participación real. Al indicar, con anticipación y por escrito, los puntos a tratar, el entrevistador le da una ventaja adicional al entrevistado y refuerza el propósito específico de la sesión. Con demasiada frecuencia, las expectativas del entrevistado pueden ser muy diferentes de las del entrevistador. Este malentendido, si no se corrige, puede ser desastroso.

Por otro lado, demasiada planificación previa y detalles para una entrevista pueden ser igualmente dañinos. El entrevistado puede entonces desarrollar respuestas convencionalmente correctas o lugares comunes que, por supuesto, reducen el contenido informativo de la entrevista a prácticamente cero.

Preparación

Prepararse para la entrevista puede ser tan importante como la entrevista misma, ya que la preparación garantiza que sepa exactamente lo que va a cubrir en la misma. Para prepararse mejor, revise la información del entrevistado y las preguntas que planea hacer. Cuanto más preparado esté, más confianza tendrá y más probabilidades tendrá de que la entrevista salga bien.

Al presentar información, un orador asigna bloques de tiempo a varios puntos de su agenda. Si no se establece un límite de tiempo, la presentación puede continuar indefinidamente. Peor aún, es posible que nunca se cuente la información verdaderamente importante. Este proceso tiene lugar a fuerza del rasgo humano normal de retener los fragmentos de información más significativos para el final. Los psiquiatras reconocen esto y están particularmente atentos en los últimos diez minutos de la sesión de terapia. Tomando prestada esta idea, el entrevistador, aunque no puede establecer un ciclo horario como lo hace el psiquiatra, debe intentar discretamente indicar una escala de tiempo. Esto le permite al entrevistado planificar e incluir información relevante que de otro modo podría ser retenida. Si la entrevista se termina demasiado abruptamente, la probabilidad de perder información valiosa es muy alta.

Piensa en tus preguntas

Hacer las preguntas correctas puede garantizar que obtengas la información más importante de un entrevistado. Investiga las mejores preguntas para el área en las cual estás desarrollando la entrevista y adapta tus preguntas.

Decide una estructura a seguir para cada entrevista

Puedes delinear la estructura que deseas seguir antes de ir a la entrevista y consultar el esquema durante la reunión para asegurarse de cubrir todos los temas. Considera organizar la entrevista en función del tiempo que desee dedicar a los temas principales.

Guiando la conversación

El entrevistado puede ser demasiado sensible a todas las reacciones del entrevistador. Aprovechando esto, el entrevistador puede dirigir fácilmente la conversación por los canales más productivos. Pequeñas inflexiones en la voz animan. Al repetir frases ya expresadas, uno encuentra al encuestado ampliando detalles sobre un tema relevante. A veces, simplemente reafirmar la respuesta permite un tiempo para la reflexión y la expansión o aclaración bastante natural de un punto quizás perdido en la primera verbalización. Formular una pregunta reformulándola en una retórica le da al entrevistado un período para pensar en una respuesta definitiva (aunque se debe tener cuidado de que las palabras “correctas” no se pongan en la mente del entrevistado).

Un breve resumen de la información de vez en cuando no sólo permite la claridad en el proceso de comunicación, sino que también le da al informante un espejo de lo que ha ocurrido. El entrevistado puede hacer modificaciones fácilmente una vez que escucha lo que ha dicho. En la etapa final, una declaración precisa de lo que se acordó o de las conclusiones generales alcanzadas a menudo permite reducir la confusión.

Construir buenas relaciones

Ciertamente, el tono general de la entrevista debe ser de amabilidad y amabilidad para minimizar las barreras inmediatas a la comunicación franca. A este respecto, debe mencionarse que la privacidad es un primer requisito previo para una buena entrevista. Un componente importante de esto es la ausencia de interrupciones que distraen. (El teléfono muchas veces es una gran distracción).

Para establecer el elemento críticamente importante de la relación con el entrevistado, se debe hacer un intento genuino para tranquilizar al entrevistado. Desafortunadamente, a veces esta relación es intentada por torpezas como: “¡Ahora, no te pongas nervioso!” o “¡Relájate!”

Normalmente, al comienzo de una entrevista se debe permitir que el entrevistado se adapte al entorno de la entrevista. La situación puede ser nueva para el entrevistado; puede ser su primera experiencia de este tipo. Salvo que exista un período de adaptación especificado, es posible que el entrevistado no pueda reducir su nivel de ansiedad, con la consiguiente pérdida de toda la sesión. Parte de este proceso de adaptación es la familiarización con el entorno.

Cuidado con la información

Al anotar fragmentos significativos de información, el entrevistador puede reconstruir fácilmente lo que realmente sucedió. El registro ayuda con detalles que serían difíciles de recordar si no se registraran. El tiempo que se necesitaría para fijarlos en la mente sin el beneficio de las notas puede aprovecharse más para escuchar y pensar. Luego, también, escribir artículos complementa al entrevistado; significa que sus respuestas se consideran lo suficientemente importantes como para ser registradas. Es un mecanismo de refuerzo conveniente; incluso se puede utilizar para guiar el camino de la entrevista.

Practica la escucha activa

Comprender e implementar la escucha activa durante sus entrevistas puede convertirte en un entrevistador más efectivo al permitirte escuchar y comprender completamente lo que dice el entrevistado. Escucha atentamente lo que dice, toma notas, asiente con la cabeza, haz contacto visual y haz preguntas de seguimiento para demostrar su compromiso en la entrevista.

Considera practicar tus técnicas de entrevista con amigos o compañeros de universidad

Si eres nuevo en las entrevistas o deseas mejorar tus habilidades, practica con amigos o compañeros de la universidad para familiarizarte más con el proceso. Esto también le da a las personas la oportunidad de proporcionar comentarios que pueden ayudarte aún más en tu desarrollo como un buen entrevistador.

Revisa cada entrevista y evalúa dónde puedes mejorar

Considera tomarte un tiempo después de cada entrevista para evaluar cómo te fue y las áreas que te gustaría mejorar. Cuanto más ajustes el proceso de entrevista, más exitoso serás.

Analizando datos

La información que se recopila debe ser abordada y analizada desde dos puntos de referencia: el objetivo y el subjetivo.

Punto de vista objetivo

La categoría objetivo se puede desglosar en contenido y forma:

Contenido

Este término se refiere, por supuesto, a la presentación fáctica—lo que realmente se dice y si es confiable o no. La visión general de la entrevista o el patrón de la situación total debe captarse firmemente y luego anotarse.

Forma

La forma se puede subdividir en contenido verbal (lo que se escucha) y no verbal (lo que se observa). Las expresiones no verbales son quizás el tipo más puro de información que se transmite, ya que son las más difíciles de enmascarar o disimular. Al desarrollar una conciencia y una sensibilidad a señales tales como cuándo se mencionó un hecho determinado, qué motivó la mención, cómo se presentó, etc., el entrevistador experto da un paso muy útil, si no esencial. De hecho, esta conciencia bien podría extenderse para incluir las transmisiones no verbales del propio entrevistador.

Visión Subjetiva

Al evaluar la información desde un punto de vista subjetivo, el entrevistador intenta principalmente evaluar sentimientos y actitudes. A menudo se argumenta que estos intangibles no tienen un lugar obvio en una entrevista para una tesis. Sin embargo, aunque es imposible determinar exactamente cómo los sentimientos y las actitudes influyen en la información transmitida, es crucialmente necesario que uno sea plenamente consciente del hecho de que estos intangibles son agentes poderosos y activos en la creación de opiniones.

Concluyendo la reunión

El final de la entrevista es quizás la etapa más importante, ya que generalmente se intercambia la mayor cantidad de información por unidad de tiempo durante este intervalo de tiempo. Parte de la conclusión generalmente consiste en un plan de acción, algo que una o ambas partes deben hacer o lograr.

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Cómo ser un buen entrevistador

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