Escuchar es una de las habilidades más importantes que puede tener. Lo bien que escuches tiene un gran impacto en la eficacia de tu trabajo y en la calidad de tus relaciones con los demás. Esto influye significativamente en el momento de realizar entrevistas para el desarrollo de tu tesis de grado. De esta manera, escuchamos para obtener información, comprender, disfrutar y aprender.

Teniendo en cuenta todo lo que escuchamos, se podría pensar que somos buenos en ello. De hecho, la mayoría de nosotros no lo somos, y las investigaciones sugieren que sólo recordamos entre el 25 y el 50 por ciento de lo que oímos, tal y como describe el Cono de la Experiencia de Edgar Dale. Eso significa que cuando hablas con tu jefe, tus colegas, tus clientes o tu cónyuge durante 10 minutos, ellos prestan atención a menos de la mitad de la conversación.

Dale la vuelta y revela que cuando recibes instrucciones o te presentan información, tampoco estás escuchando todo el mensaje. Esperas que las partes importantes se capten en tu 25-50 por ciento, pero ¿y si no es así?

Está claro que escuchar es una habilidad que todos podemos mejorar. Si te conviertes en un mejor oyente, puedes mejorar tu productividad, así como tu capacidad para influir, persuadir y negociar. Además, evitará conflictos y malentendidos. Todo esto es necesario para el éxito en el trabajo.

Escuchar con Atención

Escuchar con atención es un comportamiento aprendido que se refuerza cuanto más se pone en práctica, ya sea en el trabajo o en las relaciones personales. Es exactamente lo que parece.

Tenemos que elegir prestar toda la atención a la otra persona, bloquear las distracciones que nos rodean y esforzarnos por mantener la atención en lo que está diciendo. Es el momento de apagar o apartar los teléfonos, ordenadores portátiles o televisores y eliminar las conversaciones secundarias.

Un elemento crucial de esto es atraparnos a nosotros mismos cuando estamos formulando contraargumentos mientras la otra persona todavía está hablando. Es un mal hábito que desbarata el papel de la escucha en la comunicación y hace que la gente se pregunte si la estamos escuchando. Si estás preparando mentalmente una refutación, no estás atento.

Dado que nuestro cerebro piensa más rápido que la gente habla, es tentador empezar a planear cómo responder después de escuchar sólo un par de frases. Pero cuando nos permitimos hacer esto, nos distraemos y no escuchamos el resto de lo que la persona está diciendo.

Deja que el orador termine cualquier punto antes de empezar a hacer preguntas, e incluso entonces, sólo haz preguntas para entender.

Mindfulness

“Mindfulness” es una palabra de moda que se aplica a casi todos los ámbitos de la vida hoy en día. Mientras que antes se pensaba que estaba relacionada con la meditación, ahora es una práctica generalizada para ayudar a traer la paz a nuestras vidas excesivamente estimuladas y a veces caóticas.

Es un concepto que encaja perfectamente con las habilidades de escucha. Escuchar atentamente es escuchar con atención. Se trata de estar “ahí” y “en el momento”, en lugar de permitir que tus pensamientos reboten y piensen en otras cosas.

Si no estás familiarizado con esta idea, prueba a buscar en Google el increíble poder de estar presente. Aprenderás cómo el arte de concentrarse en una cosa a la vez reduce los niveles de estrés, te hace más productivo y te da la capacidad de ignorar las distracciones.

Tendrás que practicar. Al principio, puede resultar agotador atar tus pensamientos. El crecimiento de la atención plena se traducirá en una mejor concentración cuando escuches a los demás. Ese tipo de escucha es lo que querrías que hicieran los demás por ti, ¿verdad?

Cuando escuchamos con atención (mindfulness) a las personas -de tal manera que confían en ser escuchadas-, pueden ser más receptivas a escuchar un punto de vista diferente, y pueden ser persuadidas a cambiar su perspectiva. Si no estás de acuerdo, hazlo con respeto.

Escuchar las Señales Visuales

Escuchar en grupo la conversación de un compañero de trabajo durante una reunión.

Cuando participa otra persona, el acto de escuchar se convierte en un ejercicio visual además de auditivo. ¿Qué tiene de visual? Pues que hay que prestar atención a todo el mensaje que se comunica, no sólo recibir sus palabras habladas.

Algunas investigaciones indican que la mayor parte de los mensajes humanos no provienen de las palabras, sino del lenguaje corporal y las expresiones faciales. La comunicación no verbal suele expresar las emociones mucho más que las palabras. A menudo se puede saber, con sólo mirar, si alguien está entusiasmado o irritado, aunque sus palabras no lo revelen.

Edward G. Wertheim, autor de The Importance of Effective Communication, describe cómo la comunicación no verbal interactúa con la forma verbal: “Nosotros… reforzamos, contradecimos, sustituimos, complementamos o enfatizamos nuestra comunicación verbal con señales no verbales como gestos, expresiones e inflexión vocal”.

Un artículo reciente de Psychology Today sugiere estar atento a ciertos comportamientos como una importante habilidad de observación para escuchar. Las personas pueden:

Mirar hacia abajo o hacia otro lado al cambiar su tono de voz

Dudar o callar

Aumentar el volumen o la animación

Cambiar de tema

Acentuar las palabras “siempre” o “nunca” al describir las intenciones o el comportamiento de otras personas.

Utilizar la palabra “realmente” acompañada de un tono elevado que acentúe una declaración, como “lo que realmente quiero” o “lo que realmente no soporto”.

Cualquiera de estas señales puede ser una pista de que algo está ocurriendo internamente. El artículo explica que si no estás seguro de lo que significan estos cambios en sus expresiones, pregunta. Comparte lo que has observado e invítales a que te cuenten lo que está ocurriendo internamente.

Mantén la mente abierta mientras escuchas. Intenta sentir lo que ellos pueden estar sintiendo: sé empático. Puede que descubras que tu perspectiva necesita cambiar tanto como la de la persona a la que escuchas.

Acerca de la escucha activa

La forma de mejorar su capacidad de escucha es practicar la “escucha activa”. Es decir, hacer un esfuerzo consciente para escuchar no sólo las palabras que dice otra persona sino, sobre todo, el mensaje completo que se comunica.

Para ello, debes prestar atención a la otra persona con mucho cuidado.

No puedes permitirte distraerte con cualquier otra cosa que esté ocurriendo a tu alrededor o con la formación de argumentos contrarios mientras la otra persona sigue hablando. Tampoco puedes permitirte aburrirte y perder la atención de lo que la otra persona está diciendo.

Si te resulta especialmente difícil concentrarte en lo que está diciendo alguien, intenta repetir sus palabras mentalmente mientras las dice. Esto reforzará su mensaje y le ayudará a mantener la concentración.

Para mejorar tu capacidad de escucha, tienes que hacer saber a la otra persona que estás escuchando lo que dice.

Para entender la importancia de esto, pregúntate si alguna vez has participado en una conversación y te has preguntado si la otra persona estaba escuchando lo que decías. Te preguntas si tu mensaje está llegando, o si merece la pena seguir hablando. Se siente como hablar con una pared de ladrillos y es algo que quieres evitar.

El reconocimiento puede ser algo tan simple como un movimiento de cabeza o un simple “uh huh”. No estás necesariamente de acuerdo con la persona, simplemente estás indicando que estás escuchando. Utilizar el lenguaje corporal y otros signos para reconocer que estás escuchando también puede ayudarte a prestar atención.

Intenta responder al interlocutor de forma que le anime a seguir hablando, para que puedas obtener la información que necesitas. Mientras que asentir con la cabeza y decir “uh huhing” indica que estás interesado, una pregunta o comentario ocasional para recapitular lo que se ha dicho también comunica que estás escuchando y entendiendo su mensaje.

Ten en cuenta que la escucha activa puede dar a los demás la impresión de que estás de acuerdo con ellos aunque no sea así. También es importante evitar utilizar la escucha activa como una lista de acciones a seguir, en lugar de escuchar realmente. Puede ser útil practicar la escucha atenta si ves que pierdes la concentración con frecuencia.

Cómo convertirse en un oyente activo

Hay cinco técnicas clave de escucha activa que puedes utilizar para convertirte en un oyente más eficaz:

Prestar atención

Preste toda su atención al orador y acuse recibo del mensaje. Reconozca que la comunicación no verbal también “habla” en voz alta.

Mire directamente al orador.

Deja de lado los pensamientos que te distraen.

No prepares mentalmente una refutación.

Evite distraerse con factores ambientales. Por ejemplo, las conversaciones paralelas.

“Escucha” el lenguaje corporal del orador .

Demuestre que está escuchando

Utilice su propio lenguaje corporal y sus gestos para demostrar que está atento.

Asiente de vez en cuando.

Sonría y utilice otras expresiones faciales.

Asegúrese de que su postura es abierta e interesada.

Anime al orador a continuar con pequeños comentarios verbales como “sí” y “eh”.

Proporcionar retroalimentación

Nuestros filtros personales, suposiciones, juicios y creencias pueden distorsionar lo que escuchamos. Como oyente, tu papel es entender lo que se dice. Esto puede requerir que reflexiones sobre lo que se está diciendo y que hagas preguntas.

Reflexione sobre lo que se ha dicho parafraseando. “Lo que oigo es… y “Parece que estás diciendo… son buenas maneras de reflexionar.

Haz preguntas para aclarar ciertos puntos. “¿Qué quieres decir cuando dices… .” “¿Es esto lo que quiere decir?”

Resuma periódicamente los comentarios del orador.

Si te encuentras respondiendo emocionalmente a lo que alguien ha dicho, dilo. Y pida más información: “Puede que no te esté entendiendo bien y me parece que me tomo lo que has dicho como algo personal. Lo que me ha parecido que has dicho es XXX. ¿Es eso lo que querías decir?”

Aplazar el juicio

Interrumpir es una pérdida de tiempo. Frustra al orador y limita la plena comprensión del mensaje.

Deje que el orador termine cada punto antes de hacer preguntas.

No interrumpas con argumentos contrarios.

Responder adecuadamente

La escucha activa está diseñada para fomentar el respeto y la comprensión. Se trata de obtener información y perspectiva. No aportas nada si atacas a la persona que habla o la menosprecias.

Responde de forma sincera, abierta y honesta.

Afirma tus opiniones con respeto.

Trata a la otra persona de la forma en que crees que querría ser tratada.

Ser un oyente activo requiere mucha concentración y determinación. Los viejos hábitos son difíciles de romper, y si tu capacidad de escucha es tan mala como la de muchas personas, tendrás que trabajar mucho para romper esos malos hábitos.

Empieza a utilizar hoy mismo las técnicas de escucha activa para convertirte en un mejor comunicador, mejorar tu productividad y desarrollar mejores relaciones.

Nuestros especialistas esperan por ti para que los contactes a través del formulario de cotización o del chat directo. También contamos con canales de comunicación confidenciales como WhatsApp y Messenger. Y si quieres estar al tanto de nuestros novedosos servicios y las diferentes ventajas de contratarnos, síguenos en FacebookInstagram o Twitter.

Si este artículo fue de tu agrado, no olvides compartirlo por tus redes sociales.

También te puede interesar: Ejercicios de Respiración para Liberar el Estrés

Escuchar activamente

Escuchar activamente. Foto: Unsplash. Créditos: Jeswin Thomas

Abrir chat
1
Escanea el código
Bienvenido(a) a Online Tesis
Nuestros expertos estarán encantados de ayudarte con tu investigación ¡Contáctanos!