Muchos de nosotros quisiéramos poder leer más rápido y, a la vez, asimilarlo todo. Esto sería de mucha ayuda al momento de realizar nuestra tesis ¿No es verdad? Hay métodos de lectura rápida que se remontan a décadas atrás y que la gente ha probado con la esperanza de poder digerir un libro largo en menos de una hora.

El método más obvio, que todos hacemos de vez en cuando, es la lectura por encima, ojeando el texto y hojeando las páginas para tratar de encontrar los puntos clave. También existe la meta-guía, en la que se utiliza el dedo para señalar palabras específicas, para mantener la vista en el camino sin distraerse. O métodos en los que se aprende a leer varias líneas a la vez. Y ahora se han desarrollado tecnologías digitales, con aplicaciones que toman el texto y luego hacen aparecer las palabras en la pantalla de una en una en rápida sucesión.

No cabe duda de que este tipo de métodos inteligentes pueden ayudarte a leer el texto más rápidamente. La cuestión es cuánta comprensión se cambia por esa velocidad. Cuando se trata de pruebas contundentes, puede ser difícil evaluar los cursos y las aplicaciones comerciales que afirman mejorar la capacidad de lectura rápida, ya que los experimentos en condiciones controladas realizados por observadores independientes son escasos.

¿Qué es la Lectura Rápida?

La lectura rápida es el proceso de reconocer y absorber rápidamente frases u oraciones en una página de una sola vez, en lugar de identificar palabras individuales.

La cantidad de información que procesamos parece crecer día a día, ya sean correos electrónicos, informes y páginas web en el trabajo, o redes sociales, libros y revistas en casa. Es probable que nos sintamos presionados para leer esta información con mayor rapidez, de modo que podamos “estar al día” y tomar decisiones con conocimiento de causa.

La mayoría de las personas leen a un ritmo medio de 250 palabras por minuto (ppm), aunque algunos son naturalmente más rápidos que otros. Sin embargo, la capacidad de lectura rápida puede significar que se duplique este ritmo.

La Capacidad de Lectura Promedio

Para encontrar algunas respuestas, podemos recurrir al trabajo del psicólogo Keith Rayner, que estuvo en la Universidad de California en San Diego. Pasó muchos años evaluando los mecanismos detrás de algunos de estos métodos y fue pionero en la investigación de la velocidad de lectura mediante el seguimiento de los movimientos oculares. En 2016, publicó un artículo en el que revisa lo que la ciencia más reciente puede decirnos sobre los intentos de leer a velocidad.

Cuando leemos, la mayor parte de la detección de palabras tiene lugar en la parte central de la retina, llamada fóvea, donde hay una alta concentración de células llamadas conos. Estas células detectan el patrón de zonas claras y oscuras de la página y transmiten esa información al cerebro, donde el patrón se reconoce como palabras. Algunos métodos de lectura rápida pretenden enseñar a las personas a utilizar más su visión periférica para leer, lo que les permite captar más de una palabra a la vez. Pero en la periferia de la retina hay menos conos y más células llamadas bastones, que no son tan buenas para distinguir las zonas claras y oscuras de la página.

Las palabras se nos presentan tan rápidamente que el cerebro no tiene tiempo de procesarlas

¿Qué tal si se presentan palabras individuales a los ojos a gran velocidad?

Rayner descubrió que esto puede funcionar muy bien para las frases, pero no son sólo los ojos los que limitan nuestra velocidad de lectura: los factores cognitivos aportan sus propias limitaciones. Llegó a la conclusión de que existe el riesgo de que una vez que este método se amplíe para cubrir páginas enteras de texto, las palabras se nos presenten tan rápidamente que el cerebro no tenga tiempo de procesarlas. El resultado es que nuestros ojos pasan por encima de las palabras pero no las entendemos.

Entonces, ¿hay alguna forma de acelerar la rapidez con la que comprendemos una palabra? Cuando leemos, nuestra voz interior a veces vocaliza las palabras en nuestra cabeza, y algunos sospechan que esto podría ralentizarnos. ¿Podría ser que desterrar esa voz suponga una diferencia? No necesariamente. La vocalización interna podría ayudarnos a entender lo que ocurre, según una investigación de la psicóloga Mallorie Leinenger, especializada en el seguimiento ocular.

¿Hojear puede funcionar?

Si es tan difícil encontrar un método fiable para acelerar nuestros ojos y nuestra mente, se plantea la cuestión de cómo los campeones de la lectura rápida pueden devorar libros enteros en minutos en lugar de horas y, sin embargo, parecen entenderlos. ¿Es posible que sean excepcionalmente buenos hojeando?

En algunas situaciones, hojear puede funcionar también para el resto de nosotros. A veces, lo único que queremos es encontrar un dato concreto en un informe, en cuyo caso la lectura por encima está bien. Y a veces sólo hay que captar lo esencial, en cuyo caso estrategias como leer los títulos, buscar palabras clave, leer el primer párrafo de cada sección y luego la primera frase de los párrafos siguientes es una forma de hacerlo. Por supuesto, todo depende del tipo de material que se lea. Es más probable que funcione con un libro de texto que con una novela experimental.

Pero la buena noticia es que hay una forma de aprender a leer más rápido, y es practicar. De nuevo, no estamos limitados sólo por nuestra visión. Lo que importa es la rapidez con la que se puede identificar una palabra, un proceso que es más rápido cuando la palabra es más familiar. Así que cuanto más leas, más rápido serás.

Cómo leer rápido

Todas las técnicas de lectura rápida tienen algo en común: evitas pronunciar y “escuchar” cada palabra en tu cabeza mientras la lees, un proceso conocido como “subvocalización”. En su lugar, “hojeas” líneas o grupos de palabras, ya que puedes entender las palabras más rápidamente de lo que puedes pronunciarlas.

Una forma de evitar la subvocalización es concentrarse en bloques de palabras en lugar de en palabras individuales. Para ello, relaje la cara y “suavice” o amplíe la mirada sobre la página, de modo que deje de ver las palabras como unidades individuales y distintas. A medida que practique esto, sus ojos saltarán más rápido por la página.

A continuación, cuando te acerques al final de una línea, deja que tu visión periférica lleve tu ojo hasta el último grupo de palabras. Esto le ayudará a detener las pausas en su lectura (a menudo en los puntos finales), lo que significa que escudriñará a través y hacia abajo hasta la siguiente línea más rápidamente.

Métodos para Aumentar la Velocidad de Lectura

Veamos ahora tres métodos para aumentar tu velocidad de lectura:

El método del puntero

La profesora de Utah Evelyn Nielsen Wood fue una de las pioneras de la lectura rápida. En la década de 1950, afirmó que podía leer hasta a 2.700 wpm si pasaba un dedo por la línea mientras leía.

Esto se conoció como el método del puntero, y también se llama a veces “paso de mano” o “metaguía”. Sostener una tarjeta debajo de cada línea y dibujarla a lo largo de la página mientras se lee funciona igual de bien.

El método del rastreador y el marcapasos

Se trata de una variante del método del puntero en la que sostienes un bolígrafo, con el capuchón todavía puesto, y subrayas o sigues cada línea mientras la lees, manteniendo el ojo por encima de la punta del bolígrafo. Esto le ayudará a aumentar el ritmo de asimilación de cada línea y a mejorar su concentración en las palabras. El hecho de subrayar o no las palabras es una decisión suya.

Intente no dedicar más de un segundo a cada línea y aumente la velocidad con cada página siguiente. Es probable que al principio retengas muy poca información, pero, a medida que entrenes tu cerebro y te sientas más cómodo con la técnica, tu comprensión debería mejorar.

Una ventaja de los métodos Pointer y Tracker-and-Pacer (como se denominan en inglés) es que deberían reducir su necesidad de saltar hacia atrás y releer las frases, un obstáculo para la lectura rápida que se conoce como “regresión.”

El método de escaneo (o vista previa)

El “escaneo” consiste en mover los ojos rápidamente por la página -a menudo por el centro- e identificar palabras y frases específicas a medida que se avanza. Pueden ser frases clave (a menudo la primera frase de cada párrafo), nombres, números o palabras e ideas desencadenantes. Aprender a ampliar la visión periférica puede ayudar a ello.

No leerás todas las palabras, pero tu ojo se posará en lo que es importante para permitirte captar la idea básica. Puede ser útil utilizar un mapa mental® para organizar la información que asimila.

Aplicaciones como Spritz y Spreeder utilizan técnicas como la “Presentación Visual Rápida en Serie” para entrenarte a procesar la información más rápidamente.

Cuándo leer rápido

Todas estas técnicas pueden ayudarte a leer más rápido, pero ¿son adecuadas para lo que quieres conseguir?

La lectura rápida eficaz es un equilibrio entre el ritmo y la comprensión. Los estudios han demostrado que cuanto más rápido se lee, menos información se asimila, sobre todo cuando se trata de recordar detalles.

Por lo tanto, está claro que la lectura rápida no es la solución si estás leyendo un documento jurídico o técnico complejo, aunque tengas poco tiempo. Lo mismo ocurre si el material que lees es nuevo o desconocido, o si tienes que enseñárselo a otra persona.

Sin embargo, si sólo necesitas entender los argumentos o conclusiones básicas que se presentan, puede funcionar utilizar una técnica de lectura rápida.

Este puede ser el caso, sobre todo, si tienes intención de volver a leer algo más despacio cuando estés menos ocupado. De hecho, un estudio ha sugerido que hojear un texto puede mejorar su comprensión la segunda vez.

En general, si quieres memorizar algo, tendrás que leer despacio, a menos de 100 ppm. Un ritmo normal para el aprendizaje es de 100-200 ppm, y para la comprensión es de 200-400 ppm.

La lectura rápida suele realizarse a un ritmo de entre 400 y 700 ppm. Todo lo que supere las 500-600 wpm significa sacrificar la comprensión, aunque esto varía de una persona a otra.

Cómo mejorar la lectura rápida

Conocer el “cómo” y el “cuándo” de la lectura rápida es sólo el primer paso hacia el éxito. A continuación te ofrecemos otros consejos que te ayudarán:

Evite las distracciones

Cree un entorno en el que haya el menor número posible de interrupciones y distracciones, para poder concentrarse plenamente en las palabras que tiene delante.

Ve con calma

Lee una novela sin complicaciones o un artículo sencillo en Internet para saber qué técnica te va a funcionar mejor. Mide cuánto has recordado o entendido, y pon un cronómetro para ver cuánto más rápido estás leyendo ahora.

Cubre las palabras que ya has leído

Esto le ayudará a evitar que sus ojos vuelvan a las palabras anteriores y a ralentizar su lectura.

Saber lo que quieres del texto

Esto puede ser útil si utiliza el método de lectura por encima, ya que le ayuda a prestar atención cuando vea palabras, frases u oraciones relevantes. Así, puedes reducir la velocidad en esos puntos, o rodearlos para enfatizarlos, pero, por lo demás, avanzar rápidamente por la página.

Evalúa tus progresos

De este modo podrás saber si tu práctica está dando resultados. Hay muchas evaluaciones gratuitas de lectura rápida en Internet, como en ReadingSoft.com.

Practica, practica y practica

Tienes que practicar la lectura rápida para que se te dé bien. Cuanto más te entrenes, más natural te resultará.

La velocidad no es la única forma de mejorar la lectura. Una buena lectura rápida implica practicar y reciclarse, así como aprender a concentrarse más en lo que tienes delante y evitar las distracciones.

Pero es importante encontrar el equilibrio adecuado entre velocidad y comprensión: a veces la lectura rápida no es apropiada ni útil.

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Fuentes Consultadas:

10 Struggles Every Fast Reader Knows To Be True. En: https://www.bustle.com/p/10-struggles-every-fast-reader-knows-to-be-true-44204

Increasing my reading speed. En: https://studentservices.op.ac.nz/learning-support/increasing-my-reading-speed/

The Science of Speed Reading; Benefits And Consequences Of Reading 1,000 Pages In 10 Hours. En: https://www.medicaldaily.com/science-speed-reading-benefits-and-consequences-reading-1000-pages-10-hours-316828

Los Métodos de Lectura Rápida ¿Realmente Funcionan?

Los Métodos de Lectura Rápida ¿Realmente Funcionan? Foto: Unsplash. Créditos: Jeswin Thomas

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