Una hipótesis es una declaración precisa y comprobable de lo que el investigador o los investigadores predicen que será el resultado del estudio. Se enuncia al principio del estudio.
Suele consistir en proponer una posible relación entre dos variables: la variable independiente (lo que el investigador cambia) y la variable dependiente (lo que la investigación mide).
En la investigación, existe la convención de que la hipótesis se escriba de dos formas, la hipótesis nula y la hipótesis alternativa (llamada hipótesis experimental cuando el método de investigación es un experimento).
Un requisito fundamental es que pueda ser contrastada con la realidad y que pueda ser apoyada o rechazada.
Para contrastarla, el investigador parte de la base de que no hay diferencias entre las poblaciones de las que se extrae. Esto se conoce como la hipótesis nula. La hipótesis de investigación suele llamarse hipótesis alternativa.
Tipos de hipótesis de investigación
Alternativa
La hipótesis alternativa afirma que existe una relación entre las dos variables estudiadas (una variable tiene un efecto sobre la otra).
Experimental
Una hipótesis experimental predice qué cambios se producirán en la variable dependiente cuando se manipula la variable independiente. Afirma que los resultados no se deben al azar y que son significativos para apoyar la teoría investigada.
Nula
La hipótesis nula afirma que no hay relación entre las dos variables estudiadas (una variable no afecta a la otra). No habrá cambios en la variable dependiente debido a la manipulación de la variable independiente. Afirma que los resultados se deben al azar y no son significativos para apoyar la idea investigada.
Direccional
Una hipótesis direccional (de una cola) predice la naturaleza del efecto de la variable independiente sobre la variable dependiente. Predice en qué dirección se producirá el cambio. (es decir, mayor, menor, menos, más) Por ejemplo, los adultos recordarán correctamente más palabras que los niños.
No direccional
Una hipótesis no direccional (de dos colas) predice que la variable independiente tendrá un efecto sobre la variable dependiente, pero no se especifica la dirección del efecto. Simplemente afirma que habrá una diferencia. Por ejemplo, habrá una diferencia en el número de números que recuerdan correctamente los niños y los adultos.
¿Se puede demostrar una hipótesis?
La hipótesis es una parte fundamental de cualquier exploración científica. Representa lo que los investigadores esperan encontrar en un estudio o experimento. En situaciones en las que la hipótesis no está respaldada por la investigación, ésta sigue teniendo valor. Este tipo de investigación nos ayuda a comprender mejor cómo se relacionan los distintos aspectos del mundo natural. También nos ayuda a desarrollar nuevas hipótesis que pueden ponerse a prueba en el futuro.
Tras el análisis de los resultados, se puede rechazar o apoyar una hipótesis alternativa, pero nunca se puede demostrar que sea correcta.
Hay que evitar cualquier referencia a resultados que demuestren una teoría, ya que esto implica una certeza del 100%, y siempre existe la posibilidad de que existan pruebas que puedan refutar una teoría.
Cómo redactar una hipótesis
Para redactar las hipótesis alternativa y nula de una investigación, hay que identificar las variables clave del estudio
La variable independiente es manipulada por el investigador y la variable dependiente es el resultado que se mide.
Operacionalizar las variables que se investigan
La operacionalización de una hipótesis se refiere al proceso de hacer que las variables sean físicamente medibles o comprobables, por ejemplo, si se va a estudiar la agresión se podría contar el número de puñetazos que dan los participantes
Decida la dirección de su predicción
Si hay pruebas en la literatura que apoyan un efecto específico de la variable independiente sobre la variable dependiente, escriba una hipótesis direccional (de una cola). Si hay hallazgos limitados o ambiguos en la literatura respecto al efecto de la variable independiente sobre la variable dependiente, escriba una no direccional (de dos colas).
Escriba su hipótesis
Una buena hipótesis es breve (es decir, concisa) y comprende un lenguaje claro y sencillo.
Ejemplos de una hipótesis
Consideremos una hipótesis que muchos profesores podrían suscribir: que los estudiantes trabajan mejor el lunes por la mañana que el viernes por la tarde (IV=Día, DV=Estándar de trabajo).
Ahora bien, si decidimos estudiar esto dando al mismo grupo de estudiantes una lección un lunes por la mañana y un viernes por la tarde y midiendo luego su recuerdo inmediato sobre el material cubierto en cada sesión, llegaríamos a lo siguiente:
La hipótesis alternativa afirma que los estudiantes recordarán significativamente más información el lunes por la mañana que el viernes por la tarde.
La hipótesis nula afirma que no habrá una diferencia significativa en la cantidad recordada un lunes por la mañana en comparación con un viernes por la tarde. Cualquier diferencia se deberá al azar o a factores de confusión. Esta es, por tanto, la opuesta a la hipótesis alternativa, ya que afirma que no habrá ningún cambio en el comportamiento.
Llegados a este punto, puede que se pregunte por qué nos interesa tanto la hipótesis nula. ¿Seguro que la hipótesis alternativa (o experimental) es más importante? Pues sí, lo es. Sin embargo, nunca podemos probar al 100% la hipótesis alternativa. Lo que hacemos es ver si podemos refutar, o rechazar, la hipótesis nula.
Si rechazamos la hipótesis nula, esto no significa realmente que nuestra hipótesis alternativa sea correcta, pero sí proporciona apoyo a la hipótesis alternativa/experimental.
La hipótesis en el método científico
En el método científico, tanto si se trata de una investigación en psicología como en biología o en cualquier otra área, una hipótesis representa lo que los investigadores creen que ocurrirá en un experimento.1 El método científico implica los siguientes pasos:
Formular una pregunta
Realización de una investigación de base
Crear una hipótesis
Diseñar un experimento
Recoger datos
Analizar los resultados
Sacar conclusiones
Comunicar los resultados
La hipótesis es una predicción, pero implica algo más que una conjetura. La mayoría de las veces, comienza con una pregunta que luego se explora mediante una investigación de fondo. Sólo en este momento los investigadores comienzan a desarrollar una hipótesis comprobable. A menos que se trate de un estudio exploratorio, la hipótesis debe explicar siempre lo que se espera que ocurra.
Por ejemplo, en un estudio que explora los efectos de un fármaco concreto, la hipótesis podría ser que los investigadores esperan que el fármaco tenga algún tipo de efecto sobre los síntomas de una enfermedad específica. En psicología, podría centrarse en cómo un determinado aspecto del entorno podría influir en un comportamiento concreto.
Recuerde que no tiene por qué ser correcta. Aunque la hipótesis predice lo que los investigadores esperan ver, el objetivo de la investigación es determinar si esta conjetura es correcta o incorrecta. Al realizar un experimento, los investigadores pueden explorar una serie de factores para determinar cuáles pueden contribuir al resultado final.
En muchos casos, los investigadores pueden descubrir que los resultados de un experimento no apoyan la hipótesis original. Al redactar estos resultados, los investigadores pueden sugerir otras opciones que deberían explorarse en futuros estudios.
Formulación de una hipótesis
En muchos casos, los investigadores pueden extraer una hipótesis de una teoría específica o basarse en investigaciones anteriores. Por ejemplo, investigaciones anteriores han demostrado que el estrés puede afectar al sistema inmunitario. Así, un investigador podría formular una hipótesis: «Las personas con niveles de estrés elevados tendrán más probabilidades de contraer un resfriado común tras exponerse al virus que las personas con niveles de estrés bajos».
En otros casos, los investigadores podrían fijarse en creencias comunes o en la sabiduría popular. «Los pájaros se juntan» es un ejemplo de sabiduría popular que un psicólogo podría tratar de investigar. El investigador podría plantear la hipótesis específica de que «las personas tienden a seleccionar parejas románticas que son similares a ellas en cuanto a intereses y nivel educativo».
Para formar una hipótesis, debes seguir estos pasos:
Recoge todas las observaciones que puedas sobre un tema o problema.
Evalúa estas observaciones y busca las posibles causas del problema.
Crea una lista de posibles explicaciones que quieras explorar.
Una vez que hayas desarrollado algunas hipótesis posibles, piensa en las formas en que podrías confirmar o refutar cada hipótesis mediante la experimentación. Esto se conoce como falsabilidad.
Falsabilidad
El principio de falsabilidad, propuesto por Karl Popper, es una forma de delimitar la ciencia de la no ciencia. Sugiere que, para que una teoría se considere científica, debe poder ponerse a prueba y demostrarse que es falsa.
Por muchos casos que confirmen una teoría, sólo hace falta una observación contraria para falsarla. Por ejemplo, la hipótesis de que «todos los cisnes son blancos» puede falsificarse observando un cisne negro. La ciencia debe intentar refutar una teoría, en lugar de intentar apoyar continuamente las hipótesis teóricas.
Elementos de una buena hipótesis
Cuando intentes plantear una buena hipótesis para tus propias investigaciones o experimentos, hazte las siguientes preguntas:
¿Se basa tu hipótesis en tu investigación sobre un tema?
¿Puede probarse tu hipótesis?
¿Incluye tu hipótesis variables independientes y dependientes?
Antes de plantear una hipótesis concreta, dedica algún tiempo a investigar los antecedentes. Una vez que hayas completado la revisión de la literatura, empieza a pensar en las posibles preguntas que todavía tienes. Preste atención a la sección de discusión de los artículos de revistas que lea. Muchos autores sugerirán preguntas que aún deben ser exploradas.
Recogida de datos
Una vez que el investigador ha formulado una hipótesis comprobable, el siguiente paso es seleccionar un diseño de investigación y empezar a recoger datos. El método de investigación depende en gran medida de lo que se esté estudiando. Hay dos tipos básicos de métodos de investigación: la investigación descriptiva y la investigación experimental.
Métodos de investigación descriptiva
La investigación descriptiva, como los estudios de casos, las observaciones naturalistas y las encuestas, se utiliza a menudo cuando sería imposible o difícil realizar un experimento. Estos métodos se utilizan mejor para describir diferentes aspectos de un comportamiento o fenómeno psicológico.
Una vez que el investigador ha recopilado datos mediante métodos descriptivos, puede utilizar un estudio correlacional para ver cómo se relacionan las variables. Este tipo de método de investigación puede utilizarse para investigar una hipótesis que es difícil de comprobar experimentalmente.
Métodos de investigación experimental
Los métodos experimentales se utilizan para demostrar las relaciones causales entre las variables. En un experimento, el investigador manipula sistemáticamente una variable de interés (conocida como variable independiente) y mide el efecto sobre otra variable (conocida como variable dependiente).
A diferencia de los estudios correlacionales, que sólo pueden utilizarse para determinar si existe una relación entre dos variables, los métodos experimentales pueden utilizarse para determinar la naturaleza real de la relación, es decir, si los cambios en una variable realmente hacen que otra cambie.
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Fuentes Consultadas
Eco, Umberto (1988): Cómo se hace una tesis. Gedisa, Barcelona.
Sautu, Ruth, et al. (2005): Manual de metodología. Construcción del marco teórico, formulación de los objetivos y elección de la metodología, Clacso, Buenos Aires.
Tena Suck, E. y B. Turnbull (1994): Manual de investigación experimental: elaboración de tesis, Universidad Iberoamericana-Plaza y Valdés, Madrid.
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