Si la idea de pronunciar un discurso ante un público le hace sudar las palmas de las manos, es de esperar que pueda encontrar algo de tranquilidad en el hecho de que no es el único que tiene esta reacción. Las investigaciones en oratoria indican que una de cada cinco personas experimenta ansiedad por hablar en público, lo que la convierte en uno de los tipos de ansiedad más comunes hoy en día.

La buena noticia es que otros estudios han descubierto que, con las estrategias adecuadas para combatir los miedos, se puede rendir bien cuando se tiene que hablar en público o hacer una presentación de cualquier tipo. ¿Cuáles son algunas de estas estrategias?

Tips de Oratoria Antes de Subir al Escenario

Gran parte de lo que se necesita para hablar en público ocurre mucho antes de subir al estrado. La preparación y la práctica son fundamentales. Esto es lo que puedes hacer de antemano para que el momento de hablar sea lo más suave posible.

Entender las expectativas y conocer los detalles

“Reúna toda la información sobre el lugar, la configuración técnica, la hora en la que hablará, la vestimenta, los temas que debe incluir o evitar, el tipo de presentación, etc.”, dice Tara Goodfellow, coach profesional de Muse y propietaria de Athena Consultants. Disponer de toda esta información con antelación te ayudará a preparar una presentación que se adapte a la ocasión y que resuene en tu audiencia.

También te ayudará a evitar los inconvenientes técnicos o logísticos que pueden añadir un estrés innecesario.

Conoce a tu público

Es tan importante entender a tu público como el tema que vas a tratar delante de él. Asegúrate de entender el nivel de conocimientos y adapta tu presentación en consecuencia. No quieres aburrirles con detalles que ya conocen ni tampoco quieres abrumarlos. Incluso si va a dar el mismo discurso a dos audiencias diferentes, se tomará el tiempo necesario para personalizarlo. Siempre se pregunta: “¿Cuál es el público específico y por qué está ahí?”.

Planificar y estructurar el discurso

A menudo, los consejos sobre cómo hablar en público se centran en la forma de decir las palabras ante el público. Eso es inequívocamente importante (y por eso lo detallamos a continuación), pero antes de llegar a eso, tienes que pensar en lo que estás diciendo.

Puedes tener una gran dicción y una gran capacidad de presentación, pero si tus palabras y tu estructura están desordenadas, la gente no va a recordar lo que has dicho. Se trata de la sencillez al 100%, porque cuando das un discurso ante un público en directo es tan fugaz que si tienes varios puntos y te sales por la tangente y no te mantienes en un camino sencillo, la gente no recordará lo que has dicho.

No sobrecargue sus diapositivas

Si utilizas diapositivas para acompañar tu presentación, asegúrate de evitar sobrecargarlas con demasiado texto. A muy pocos nos gusta una presentación de 80 diapositivas en la que la persona se limita a leernos todo.

Más allá del simple hecho de que la gente se distraerá entrecerrando los ojos ante esa tipografía minúscula, puedes tener la tentación de empezar a leer las diapositivas y acabarás sonando demasiado como el profesor de economía de Ferris Bueller (es decir, zumbando una y otra vez en un tono monótono).

Practicar, practicar, practicar

Bien, presta atención, porque si absorbes una sola cosa de este artículo debería ser esta: Tienes que practicar. No una o dos veces, sino una y otra vez.

Cuando lo practicas lo suficiente descubres el ritmo. También te sentirás más seguro y cómodo al hablar sin tener que leer en un papel (o tus diapositivas) porque la estructura y la progresión te resultarán muy familiares.

Obtenga comentarios

Aunque practicar por tu cuenta es útil, puede ser aún mejor hacerlo frente a un público en vivo, aunque sólo sea tu mejor amigo del trabajo o tu hermana. Cuanto más te acostumbres a hablar delante de personas reales, más fácil te resultará.

Además, puedes obtener la opinión de tu público de confianza para practicar antes de salir a hablar de verdad. Pregúntales si tus palabras y puntos son claros, si hay algo que les confunde, cómo es tu ritmo y si hay algo más que hayan notado.

También puedes darte a ti mismo la opinión de los demás. Utiliza tu teléfono (o cualquier otro dispositivo que tengas) para grabar el audio o el vídeo de tus sesiones de práctica. Cuando lo reproduzcas, podrás convertirte en tu propio público y detectar cosas que no sabías que necesitaban atención.

Memoriza tu primera y última línea

Querrás tener una idea bastante clara de lo que vas a decir, por supuesto. Pero tampoco querrás sonar como un robot regurgitando un montón de palabras que has escrito.

Cuando se sintió cómoda frente al público, Lee no leía sus discursos ni memorizaba un guión exacto. Si memorizas todo palabra por palabra, no va a sonar muy natural. En su lugar, planifica la estructura pero mantiene las palabras en sí un poco sueltas, con un par de excepciones:

El objetivo es asegurarse de que empiezas y terminas con fuerza, pero dándote margen para hablar con naturalidad entre medias.

Únase a un club o vaya a un taller

Si te has comprometido a mejorar tus habilidades para hablar en público, no sólo debes practicar cada discurso o presentación antes de darlo, sino que también debes tratar de hacer tantas presentaciones reales como puedas para acostumbrarte a ellas. Lo más importante es pasar el mayor tiempo posible en el escenario frente a un público.

Consejos durante la Presentación

Respirar

Cuando está nervioso, su ritmo cardíaco se acelera, empieza a sudar y, si no tiene cuidado, puede sufrir un ataque de ansiedad. Para ayudar a controlar todas estas respuestas, tómate unos minutos antes de pronunciar tu discurso para cerrar los ojos y respirar profundamente un par de veces. Calma a tu cuerpo para que puedas entrar en el escenario (o en el área de habla) con un cierto nivel de paz y sin sentirte frenético.

Admite tus nervios

Incluso el orador más experimentado puede sentirse nervioso en el escenario. Cuanto más intente disimular este nerviosismo, más fácil será que se manifieste. Sin embargo, admitir que hablar le produce ansiedad puede ayudar a que tanto usted como su público se sientan tranquilos. Sientes una sensación de alivio porque ahora la información está a la vista, lo que te permite abordar tu ansiedad y seguir adelante.

Utiliza notas (mínimas)

Si hablar en público le produce ansiedad, puede haber una tendencia a escribir su discurso palabra por palabra para poder mirarlo si se le olvida su siguiente declaración. Sin embargo, si alguna vez has visto a un orador leer de sus notas todo el tiempo que está en el escenario, sabes que esto no es efectivo. Perderás a tu público. En su lugar, reduzca sus notas al mínimo, utilizando sólo indicaciones de una o dos palabras para cada punto que quiera exponer. Esto le ayudará a mantenerse en su sitio sin distraer a su audiencia.

Acomódate a la “pausa”

Una de las mayores distracciones como miembro de la audiencia es un orador que constantemente dice “uh” o “um”. Estos rellenos se utilizan normalmente como una forma de decir algo, cualquier cosa, mientras se piensa en el siguiente punto. Pero algunos de los mejores oradores saben que “la pausa” no es algo que deba evitarse. Una pausa bien calculada puede servir incluso para reforzar un punto, dejando que se asiente en el público antes de pasar al siguiente tema. Si te sientes más cómodo con esta pausa, te convertirás en un mejor orador.

Sea consciente de sus gestos con las manos

¿Has hablado alguna vez con alguien que está muy nervioso y te has dado cuenta de que sus manos se agitan con fuerza? Algunas personas hablan naturalmente con las manos. Cuando están nerviosas, este tipo de gestos puede aumentar. Aunque el movimiento de las manos es una buena manera de enfatizar ciertos puntos, también es importante no dejar que estos movimientos distraigan de lo que estás tratando de decir. Por lo tanto, preste atención a sus manos cuando esté hablando. Ralentizar su movimiento también puede ayudar a ralentizar tu cerebro, creando una mayor sensación de calma.

Muévete un poco, pero no demasiado

La gente suele ir a paso ligero cuando está nerviosa. Si este es su caso, es posible que tenga tendencia a caminar de un lado a otro del escenario cuando habla en público. Al igual que con los gestos de las manos, un poco de movimiento está bien, pero demasiado es, bueno, demasiado. No tengas miedo de alejarte del podio, pero intenta que tu público tampoco sienta que está viendo un partido de tenis.

Incorpore estímulos visuales

Si la idea de tener todas las miradas puestas en ti te pone nervioso, los avisos visuales son una buena forma de desviar la atención del público sin perder de vista el tema. Estas indicaciones pueden ser mediante una diapositiva de una imagen o un gráfico o algo más concreto, como verter medio vaso de agua para enfatizar el efecto de “vivir con el vaso medio lleno”. Puede sentirse bien que su atención se desvíe, aunque sólo sea por un momento. Además, le da algo que hacer con sus manos.

Haz contacto visual

Seguro que ya lo has oído antes, pero el contacto visual es clave a la hora de hablar en público. Te ayuda a conectar con el público, dice Lee, y es más eficaz cuando te centras en una persona a la vez. Cuando das un discurso, siempre debes parecer que te diriges a un solo individuo en lugar de hablar a las masas. El contacto visual directo con una persona y luego pasar a otra es una forma efectiva de hacerlo.

Deja pasar algunas preguntas

Puedes hacer un montón de planes, pero lo cierto es que no puedes preverlo todo, incluidas las preguntas que puedan surgir. Está bien decir: “Esa es una gran pregunta, déjame que te la responda”. De hecho, eso es mucho mejor que tartamudear e inventarse algo.

Sigue hablando

Aléjate de esa mentalidad de que tienes que ser perfecto. No pasa nada si te olvidas. Aprende a empezar a rellenar los huecos. Empieza a hablar hasta que te acuerdes. Nadie en el público sabe que has olvidado tu discurso. Lo que sientes por dentro no es tan evidente como crees. Si lo tienes en cuenta y sigues hablando, al final volverás. Y si tu charla tiene una estructura clara y sencilla, será más fácil encontrar el camino de vuelta.

Recuerda que el público está de tu lado

Para muchas personas, hablar en público es una de las cosas que más miedo les da, dice Lee. Les aterra fracasar y piensan que serán humillados y condenados al ostracismo. Pero las personas que están al otro lado no quieren ver cómo metes la pata, sino que están ansiosas por escuchar lo que tienes que decir.

Si recuerdas que el público quiere que lo hagas bien, que está de tu lado, el proceso es mucho más fácil. Céntrate en lo que estás dando al público -como si estuvieras dando un consejo o contando una historia a tu mejor amigo- en lugar de en ti mismo y en cómo apareces.

No seas tan duro contigo mismo

Por último, recuerde que todo el mundo se pone nervioso. Ten confianza y hazlo lo mejor que puedas.

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Tips de Oratoria

Tips de Oratoria. Foto: Unsplash. Créditos: Jason Goodman

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